Residentes y visitantes se prestan las experiencias. En un dar y tomar se intercambian sus respectivos pasados en las veredas del barrio. Apoyan las espaldas en las verjas, reposeras, sillones o en el respaldar del aire y hablan. Intercambian sus lugares comunes acerca de las mujeres, de los hombres, el cuarteto, los autos, el tráfico, la presidente, Tinelli, Talleres, Belgrano, Instituto, Racing, Las Flores o San Lorenzo.
Parece que los Sánchez se van a ir de vacaciones a las sierras este año.
Al viejo de la esquina se le murió un perro. Sí, pobrecito, está destruido. Lo pisó un auto. Pobre. Encima que la mujer… Sí, cáncer. Y… estaba viejita. Pobre, Victor, pobre. Es que por esta calle pasan echando puta. Sí…
La Romina se ha recibido de enfermera ¿te enteraste? Le hubieras visto la cara a la madre. Orgullosa estaba…
Los de la esquina van al Sargento Cabral esta noche. Se juntan en el kiosco a chupar algo, después buscan a las minas y salen nomás.
Escuché que lo asaltaron al Daniel; sí, el de la verdulería. Eran dos. Quince años habrá tenido el más grande. Ya no se puede vivir…
¡Es un varón! ¡La Claudia tuvo un varoncito!
Las mujeres, las niñas adelantadas caminan con los pantalones ajustados. Atraen los pares de ojos, se llevan los silbidos y los piropos para su casa. En la soledad de sus habitaciones, tratan de entender todo lo que recibieron. Tienen edad de muñecas pero ya quieren jugar a la realidad. La doña barre la vereda por no llorar. Otras planchan, lavan, retan a los críos, se preocupan por todo, escriben el pizarrón con tiza, ven la novela, discuten la novela, sufren la novela, juegan a la novela. Juegan a la canasta, toman vino blanco, hacen el amor, culean, laburan, duermen y despiertan.
Los guasos atienden las despensas, patean una pelota en la plaza, andan en bici, se escavian en la esquina, aprietan con las guachas, hacen los deberes, pizzas y lomitos, lavan el fiat uno y el 147. Comparan celulares, se acomodan la gorrita, chorean zapatillas, manejan bondis, silban una de La Mona, van a la facultad, cambian el cuerito de la canilla, miran cualquier partido, escriben textos para radio, hacen el amor, culean, laburan, duermen y despiertan.
Acá pasan cosas. A ver, el tiempo pasa, eso es innegable. Se nota en los codos de las viejas, en las arrugas del Quique, en la pintura de las paredes, en los perros que ladran afónicos. Pasa. Transcurre. Al calendario no se lo puede detener. Las hojas se caen todos los días y la gente se acomoda como puede.
Pero el tiempo, o mejor dichos LOS tiempos van en otra velocidad. Es como que el barrio tiró el ancla en su tierra. El suelo, a veces blando como la arena, otras duro como la arcilla, juega con la barriada, estirando el paréntesis del tiempo.
¿¡Cómo les puedo explicar que acá todavía hay reposeras en las veredas?! Que los viejos de Ejército juegan al tejo en un pedacito de jardín. Que los vecinos me miran a los ojos y me saludan, levantan la mano o mueven la cabeza, me dicen "eh, qué hacé? Cómo andá?" Que a las compras las hacemos en René, o en Walter, o en Los Lentos, o en lo de la Estrella o en donde antes tenían la despensa Los Chicos. Que cuando caen dos gotas el barrio se inunda todo y hay que ver cómo sube el agua. Que los pendejos andan en bici y juegan a la pelota. Que esto no es un paraíso, no es lo ideal, no es un el sueño dorado de casi nadie. Es lo que es y con eso basta. Porque los falsos castillitos de naipes se derrumban con el primer estornudo.
Yo vine y me quedé.
Todavía no soy uno más pero sin dudas no soy uno menos.
No hay moraleja… la historia empieza y termina todos los días.
4 comentarios:
Estudio comparativo a modo de inspiración:
Me gustaron muchas cosas Gringo. Lo del sentimiento del barrio es impresionante, es así tal como lo decís. Y eso que yo habito la parte si se quiere "residencialona" de Jardín. Lo mismo es un feliz choque venirse del centro al saludo cálido, al Juan todo el día en la vereda, a Roque el verdulero que pasó de la bicicleta y el medio flete a una moto roja a la que se le abren unas alas atrás pa poner los cajones que parece que va a salir volando. Cosa que no quita la costumbre de seguir armando en el pasto del frente, la siempre lujosa mesa de cajones de manzanas, y colocar encima la Pritty y el vino alrededor de los vecinos de siempre. Me quedan el vagabundo y alcuza de las changas (Luisito), la embarazada, los pibitos, las pendejas, el hartante de mi vecino que saca el futbol todos los días al patio (decí que consiguió laburo). Me identifiqué mucho, no? ja. La parte en la que te metés con la edad de muñecas y el querer jugar a la realidad acusa que estás queriendo aprender algo de las mujeres ... La diferencia en lo de la vieja q barre pa no llorar es que mi vecino Juan se la pasa barriendo, ¿cómo operará la tristeza ahí? Y aclaro que parece "bien macho".
Buena Gringo, hay partes que me gustan mucho más que otras, pero no quita que la barriada en su totalidad merezca el aplauso.
AbrAzo, y reanudando el objetivo por el que pasaba. No acuso recibo de:
- Bufanda
- Salvo el crepúsculo
PD. Mandalos vía tu señora esposa.
Buenísimo comentario.
El texto, creo, no quedó tan ... "literario" por así decirlo ya que lo escribí para la columna de radio. Los lenguajes y las formas son otras cuando la cosa es oral.
Lo de "las viejas barriendo por no llorar"... es un giño que debería haberlo hecho más obvio... Pertenece a una canción buenísima de los Caballeros de la Quema que se llama "Qué pasa en el barrio?". Y en una parte dice "y las vecinas baldeando por no llorar / la pizería que no fía más..."
La imagen de las viejas barriendo (o baldeando) es re fuerte. Barren y barren y barren y barren.. Y uno (todavía joven) las ve y se pregunta mil cosas ... ¿por qué carajo barren? Esa vereda ya no puede estar más limpia,,,...
En fin...
Tengo tu bufanda y tu libro. Están seguras.
Beso grande.
Suerte en tu nuevo hogar.
gringo
Ah, está buena la aclaración de lo radial. Igual creo que laburandole algunos detalles a la redacción o al "lirismo" si se quiere (que también cabe en los textos narrados)queda buenísimo para papel el texto. El comentario no sé si es bueno pero pensando un poquito, también me da en suponer que acusa la muerte de las juntadas nitratas. Somos una pena de tan amarrrrgos. Si se arma algo, aunq sea x el barrio, o algún barrio q nos medie, avisen con velocidad. Yo lo agito al desgraciado del Marcio. Digo, podría ser prometernos al menos un Nitrato como caído del cielo y ya.
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