Día ideal para una nueva #CrónicaPirata, de las atemporales, las que me gustan, las que no están atadas al sufrimiento que implica el desempeño del primer equipo.
Capítulo 2 de: “FENÓMENOS CLIMÁTICOS EXTREMOS EN LA TRIBUNA” (voy a usar la misma foto porque me gustó)Hoy: CAPÍTULO 2: “Lluvia, tus manos frías como la lluvia”
La magia de la titulación la aprendí con Eladio Barabani y luego la pulí en mis años vinculados al periodismo. Así que no intenten titular en sus casas. Háganlo siempre en compañía de un Comunicador Social (?)
¿Empezamos?
Vayamos un poco atrás en el tiempo. Vení, acompañame.
16 de febrero del 2020. Faltaba poco para que la pandemia nos mandara a guardar.
Tarde calurosa. Unas nubes se proyectaban en el fondo. Pero no había nada de qué preocuparse. Salvo por #Belgrano, obvio.
Aquel era uno de los #Belgrano más falopa de los últimos tiempos. Mirá el 11:
César Agarrate un huevo Rigamonti; Amione, Novillo, Erramuspe, Vázquez; Bernardello, Longo, Noir, Rivero, Sequeira y Vegetti. Después entraron Techera, Estigarribia y Brener.
¿Quién mierda es Vázquez?
El DT era Ricardo Caruso Lombardi, que venía a apagar el incendio: pero qué podés apagar con Rigamonti en el arco. Yo sé que debería hablar del clima pero mirá el gol que se come: youtube.com/watch?v=0xEL3X
Hasta Chavarría le metía un gol al muerto ese…
Todo venía normal aquella tarde: #Belgrano perdía por sus propios méritos, el equipo andaba para el ocote y la gente alentaba como siempre. Hasta que cayeron un par de gotas, después otro par y se largó con toda ¡Por Tutatis! Exclamó uno ¡El cielo se cae sobre nuestras cabezas!
En unos minutos se desató el diluvio universal. Creyentes y paganos corrían a refugiarse. Otros, los más valientes, esperábamos en las tribunas alguna señal. Los jugadores se fueron, el árbitro se fue y hasta la policía se tomó el palo. Alberdi tenía 20cm de agua.
Y de la nada PARÓ.
El cielo se limpió. Estábamos en la esquina de Orgaz y Tablada y volvimos corriendo a la popular. Antes pasamos por un kiosco y entramos con birra a la cancha. Inolvidable. Épico. Beber en la tribuna, con las pupilas brillando como un dos de oro, inolvidable.
Era una mezcla hermosa de confusión y jolgorio. La yuta se había tomado el palo, la basura flotaba en las callecitas de Alberdi y nadie tenía la certeza de que el partido se reanudaría.
En algún momento, empujados por el canto, los jugadores volvieron a la cancha.
“A mí la lluvia no me inspira”, decía Antonio Birabent. Por eso no te conoce nadie. A nosotros sí nos inspira y logramos empatar el partido con un gol del enano Techera de afuera del área. Y estuvimos a esto de ganarlo. Hubiera sido increíble. Pero no le pidamos peras al olmo(?)
Al final fue empate.
Mojados, con mierda y barro hasta las rodillas pero felices. Una vez más lo habíamos hecho: remontar una situación adversa en el peor de los climas.
Sé que todos recuerdan una más. Pero eso será para el último capítulo.
Siento que las Crónicas Piratas tienen menos repercusión que tiro al arco de Metilli. Casi nadie las lee. CASI. Así que va dedicada a esos pibes que me crucé la otra vez en la inauguración de la sede nueva, mientras morfábamos fiambre. Gracias muchachos.
Aguante #Belgrano