jueves, abril 02, 2009

Memoria

Hace un tiempo encontré a una persona que tenía la misma inquietud: qué hacer con la memoria. Afortunada o lamentablemente poseo una memoria..., cómo decirlo, ¿gigante? ¿fiel? No sabría qué adjetivo ponerle. La cosa es que puedo recordar mucho, entonces el olvido no es algo que abunde en mi vida. Los dolores y las felicidades ocupan de igual manera su lugar en mi cabeza, con sus imágenes, diálogos, sensaciones y olores.
Encima vivo en un país raro. Acá la memoria funciona de una manera extraña. Limpiamos, borramos de la historia miles de momentos que nos incomodan. También tenemos eso..., eso que no sé cómo nombrar, que a veces me encanta y otras no: solemos rescatar sólo lo lindo, lo feliz de las personas, de la historia, de las anécdotas, de todo. Recuerdo a mi viejo contándome (con grandes carcajadas) que una vez juntaron muchísima pólvora y volaron dos metros de vereda. Y con la misma alegría también me contó que su papá (mi abuelo) ejercía una justicia (educación le decían) a los golpes. ¿Por qué se recuerda con alegría las cachetadas? ¿Por qué le anulamos el dolor a la memoria? Sí, lo sé, es más fácil así y no hay otra.
Tampoco digo que deberíamos traer el dolor al presente. Evidentemente somos seres de olvido, me dijo mi amigo Barnes, sino no podríamos vivir. Es cierto. Pero lo que me preocupa es la capacidad de minimizar, de hacernos los pelotudos, por así decirlo.
Toda esta introducción, que dejó de serla para ser parte del nudo, era para tratar de explicar lo que me generó todas las palabras leídas y escuchadas por la muerte de Alfonsín. "Padre de la democracia", "Luchador de la libertad", "Cambió la vida del continente", "Dispuesto a dar la vida por los derechos humanos", y faltaba decir que cocinaba bien, era un excelente amante y nadie le ganaba jugando al truco. Yo escuché (demasiado de cerca) todas esas frases pero en mi cabeza sólo cabían dos: "Obediencia debida", "Punto final". (o tres: "La casa está en orden").
Ahora bien, no tengo edad para hablar con el conocimiento de la experiencia. Nací en 1982 y los cálculos son fáciles para el descrédito a mi opinión. Pero no soy estúpido y tengo ese ridículo hábito de leer, leer mucho. Y también mantengo esa (aun más) ridícula costumbre de leer historia. Además, para decir que "era un padre de la democracia" no hay edades, ni inteligencia, ni sinceridad para vetar la opinión. Pero resulta que contradecir el sentido común y (peor aun) expresarlo parece ser una falta de respeto.
No pido una condena social por la muerte de Raúl Alfonsín, tampoco quiero que no vaya nadie a despedir sus restos, ni tampoco pido que dejen de decir que fue un "luchador de la libertad". Si hay personas que lo sientan así me alegro por ellas. Ni siquiera creo que el tipo haya sido un hijo de puta, o algo así; no siento eso. Me molesta la hiporcresía y el homenaje de los grandes rotativos que dos décadas atrás ayudaron a voltearlo. Y más importante: lo que me llama la atención es la poca bola que se le dio a la misma "cuestión de los derechos humanos". Esas dos leyes mandaron a la mierda todo y desaparecieron a los desaparecidos mucho más de lo que ya estaban. Y ahora que se levanta la tapa, que algo parece querer cambiar, escucho la peor mierda, desde el algo habrán hecho y por algo será, a las más recientes "derechos humanos para todos", "fue una guerra" o "ESTA ES UNA MANIOBRA DE LOS KIRCHNER PARA GANAR ESPALDA POLÍTICA". Puta-madre-que-lo-parió: si para ganar votos acá lo que más conviene es ser un hijo de puta, un asesino y un entregador de indultos. Todos se hacen los pelotudos y les molesta cuando alguien urga en el pasado. Y sí los Kirchner ganan crédito por la condena a los genocidas: en buena hora ¿qué pretenden? ¿Que no ganen simpatías? Lograron la carcel común y efectiva para Menéndez y cia y eso no es poco.
Y yo empiezo hablando de la memoria, de mi viejo, de Alfonsín, de las palabras... y termino hablando de la tristeza. Es que me duele por todos lados... y no puedo olvidarme.
Quizá me equivoque. O quizá no. De algo estoy seguro: el tiempo NO DIRÁ.

6 comentarios:

Sergio Muzzio dijo...

Lo que está criticando no es el "sentido común" precisamente, sino más bien todo lo contrario. Dice Cortázar ("Las ménades") que "los aniversarios son las grandes puertas de la estupidez". Y si se trata de un velorio, y de un tipo público, presidente durante una época confusa pero que fue como un bálsamo comparada con la anterior...imagínese..

"Padre de la democracia" se caía de maduro, diga que "Padre de la Patria" la teníamos adjudicada...

Saludos, y mejor haga como un amigo que tiene buena memoria, pero poca.

Anónimo dijo...

Tenes que tener en cuenta que si Alfonsin no tranzaba con los milicos capaz que volvian de nuevo. Capaz que estaba entre la espada y la pared, y eligio a los vivos antes que a los desaparecidos.

Anónimo dijo...

Lo que si estoy de acuerdo en que llamarlo padre de la democracia es demasiado exagerado.

fulano/martínvillarroel dijo...

Que se pudra viejo choto.

Anónimo dijo...

idem fulano!

-la sil-

Anónimo dijo...

Ya sabrás de sobra que comparto muchas ideas con Cristina K, aunque reprochofervientemente la forma en la cual las lleva a cabo y su discurso demagógico no me lo trago, pero festejo la política de derechos humanos, la cárcel para Menendez y para todos esos hijos de la gran puta que además de asesinos fueron violadores y secuestradores.
Ahora voy a tirar algo sobre un tema que también todos hemos olvidado y que se ha trasnformado en un "tabú" ya que si alguien lo nombra lo tachan de promilico: Alguna vez llegará la carcel y el castigo para los que mataron gente inocente y no tan inocente creyéndose los justicieros de la nación? y para colmo de males traidores hasta con su propia gente? hablo de los que se hartaron de poner bombas y matar en la época de la isabel perón. Aclaro de nuevo no soy ni nazi, ni promilico ni nada de eso, sólo repudio la violencia y los asesinatos sea de la ideologia que sean