viernes, marzo 21, 2025

Fenómenos climáticos en la tribuna. Capítulo 2: Lluvia, tus besos fríos como la lluvia



Día ideal para una nueva #CrónicaPirata, de las atemporales, las que me gustan, las que no están atadas al sufrimiento que implica el desempeño del primer equipo.

Capítulo 2 de: “FENÓMENOS CLIMÁTICOS EXTREMOS EN LA TRIBUNA” (voy a usar la misma foto porque me gustó)

Hoy: CAPÍTULO 2: “Lluvia, tus manos frías como la lluvia” La magia de la titulación la aprendí con Eladio Barabani y luego la pulí en mis años vinculados al periodismo. Así que no intenten titular en sus casas. Háganlo siempre en compañía de un Comunicador Social (?)
¿Empezamos? Vayamos un poco atrás en el tiempo. Vení, acompañame. 16 de febrero del 2020. Faltaba poco para que la pandemia nos mandara a guardar. Tarde calurosa. Unas nubes se proyectaban en el fondo. Pero no había nada de qué preocuparse. Salvo por #Belgrano, obvio.
Aquel era uno de los #Belgrano más falopa de los últimos tiempos. Mirá el 11: César Agarrate un huevo Rigamonti; Amione, Novillo, Erramuspe, Vázquez; Bernardello, Longo, Noir, Rivero, Sequeira y Vegetti. Después entraron Techera, Estigarribia y Brener. ¿Quién mierda es Vázquez?
El DT era Ricardo Caruso Lombardi, que venía a apagar el incendio: pero qué podés apagar con Rigamonti en el arco. Yo sé que debería hablar del clima pero mirá el gol que se come: youtube.com/watch?v=0xEL3X Hasta Chavarría le metía un gol al muerto ese…
Todo venía normal aquella tarde: #Belgrano perdía por sus propios méritos, el equipo andaba para el ocote y la gente alentaba como siempre. Hasta que cayeron un par de gotas, después otro par y se largó con toda ¡Por Tutatis! Exclamó uno ¡El cielo se cae sobre nuestras cabezas!


En unos minutos se desató el diluvio universal. Creyentes y paganos corrían a refugiarse. Otros, los más valientes, esperábamos en las tribunas alguna señal. Los jugadores se fueron, el árbitro se fue y hasta la policía se tomó el palo. Alberdi tenía 20cm de agua.
Y de la nada PARÓ. El cielo se limpió. Estábamos en la esquina de Orgaz y Tablada y volvimos corriendo a la popular. Antes pasamos por un kiosco y entramos con birra a la cancha. Inolvidable. Épico. Beber en la tribuna, con las pupilas brillando como un dos de oro, inolvidable.
Era una mezcla hermosa de confusión y jolgorio. La yuta se había tomado el palo, la basura flotaba en las callecitas de Alberdi y nadie tenía la certeza de que el partido se reanudaría. En algún momento, empujados por el canto, los jugadores volvieron a la cancha.
“A mí la lluvia no me inspira”, decía Antonio Birabent. Por eso no te conoce nadie. A nosotros sí nos inspira y logramos empatar el partido con un gol del enano Techera de afuera del área. Y estuvimos a esto de ganarlo. Hubiera sido increíble. Pero no le pidamos peras al olmo(?)
Al final fue empate. Mojados, con mierda y barro hasta las rodillas pero felices. Una vez más lo habíamos hecho: remontar una situación adversa en el peor de los climas. Sé que todos recuerdan una más. Pero eso será para el último capítulo.
Siento que las Crónicas Piratas tienen menos repercusión que tiro al arco de Metilli. Casi nadie las lee. CASI. Así que va dedicada a esos pibes que me crucé la otra vez en la inauguración de la sede nueva, mientras morfábamos fiambre. Gracias muchachos.
Aguante #Belgrano

martes, noviembre 12, 2024

Crónicas Piratas: Belgrano vs Instituto. "La vida es un carnaval"



Tenemos uno de los barrios más lindos del mundo para hacer una previa. Tenemos un río precioso que nos abraza, es como un día de campo, de sierras. 

“La mitad de la belleza depende del paisaje;

y la otra mitad de la persona que la mira”, decía Herman Hesse.

Todo marchaba sobre ruedas: el fuego prendido, los hierros calentándose y de repente, una vieja canción punk empezó a sonar en el ambiente:

Estás en el río tomando un prittyado

Corre el tiempo, seguís con el prittyado

A lo lejos, se ve una patrulla

Alguien grita: "¡allá viene la yuta!"


Descarten las brasas y empiecen a correr

La yuta está muy cerca, no da para correr

El oficial grita: "¡contra la pared!

Documentos, acompáñenme"


Demasiado tarde para correr

Demasiado tarde, acompáñenme

Demasiado tarde para correr

Demasiado tarde, acompáñenme, ¡eh!


https://www.youtube.com/watch?v=efrfm86EC5g


No corrimos. Nos quedamos parados esperando a que los dos Cocodrilo Dundee que manejaban la chata vinieran hacia donde estábamos. Nos tocaron dos cobanis que no eran tan cobanis: 

—No, no, no, no se puede chicos.

—¿Cómo que no?

—Imaginate si todos se ponen a prender fuego… no, no se puede.

Los policías parecían personas y eso me sorprendió. No vinieron con su aire patoteril a meter el pecho. Amablemente nos pidieron que moviéramos el fuego. 

—Lo pueden hacer al frente si quieren, en el cordón. 

El que menos se parecía a un policía (tenía barba, los cobanis no tienen barba), se apoya en la puerta de la chata, mientras yo junto las brasas con un palito: 

—Te la jugaste toda, eh.

—Para nada, he hecho asado un montón de veces acá.

—Tuviste suerte entonces…  


En una ráfaga ya estábamos instalados en la vereda. Tiramos la carne y fuimos la envidia de todos los que pasaban por ahí. El barrio de a poco se iba copando. Había euforia, felicidad, esperanza. Incluso con este Belgrano irregular la gente estaba contenta. 

“Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.”, decía el ciego, brillante y filoso Jorge Luis Borges. 

.

Así se siente, 

tantas veces, 

esta cosita 

de la cancha y el fútbol. 

Apagamos las brasas de nuestro fuego, aquel que nos inundó de felicidad. Bebemos en improvisados vasos de botellas cortadas y emprendemos la corta caminata hacia la tribuna, la popular de siempre. 

Suena una guitarra, una voz grave, pesada, contundente: 





Padecí en las cordilleras

Atravesé el cenagal

Gaste mi voz en el viento

Cantando en mí caminar

Yo también me fui al camino

Yo también salí a buscar

Ese rincón de la vida

Que llaman felicidad

Anduve por donde anduve

Del vergel al salitral

Desde la sierra a la pampa

Desde la selva hasta al mar

Atahualpa no sonríe. Él también es un tipo serio, como JLB, serio pero con un increíble sentido del humor. Miro al cielo. La luna, que ya andaba asomada a la tarde y ahora nos alumbra los pasos. Lunita de Alberdi. Cantamos una serenata y a orillas del río se escucha nuestra voz.

El resto será historia. Historia feliz. La perfección de un momento inolvidable: la previa, la tribuna, la cancha, el equipo, el resultado, Chavarría, la fiesta, la euforia, la sensación genuina de haberlo dado todo. 






viernes, noviembre 08, 2024

Crónicas Piratas: Banfield Belgrano, Belgrano Banfield




El miércoles pasado Belgrano sacó a pasear su displicencia por el sur del Gran Buenos Aires por ende es un GRAN MOMENTO para recordar un poquito NUESTRA HISTORIA. Dedicado a los pibitos (y no tan pibitos) actuales, que sólo viven del presente y no conocen absolutamente nada de lo que pasó antes de que le crecieran pelos en las piernas y en las bolas. Entonces TODO les parece una tragedia: una campaña mediocre, de mitad de tabla, no clasificar a una copa: A UNA COPA. Está bien pedir más, aspirar a más, querer más, pero otra cosa es ir pidiendo renuncias masivas, cortar cabezas. Conocer la historia te hace entender el presente y proyectar el futuro. Y mejor no sigo porque me voy a engranar.

Nuestra historia está unida a Banfield, indudablemente. Muchas similitudes también. Ambos empiezan con B (?) y tienen 8 letras. Estas dos instituciones, hermanadas desde la letra capital se han cruzado en innumerables ocasiones. Algunas veces hemos sido vencedores, otras tantas perdedores.

Hemos jugado 42 veces vs el club del ex presidente Eduardo Duhalde. Ganamos 20, perdimos 10, empatamos otros 10. Empecemos con algunos partidos memorables. Sin dudas que uno de los más importantes fue el de aquella final del Nacional B 86/87. Dicen las crónicas que aquel Belgrano era una cosa de locos. Venía con el impulso del título en el Torneo Regional y realizó una gran campaña. El Campeonato Nacional B 1986-1987 fue el primero de la recién creada Primera B Nacional, llamada entonces Nacional B, el nuevo torneo de segunda división del fútbol argentino. Fue disputado entre el 19 de julio de 1986 y el 2 de mayo de 1987 por 22 equipos.


Armenio fue el campeón. Banfield, Belgrano, Huracán y Colón terminaron con los mismos puntos, en ese orden, por diferencia de gol. En el octogonal le ganamos a Chaco For Ever y a Huracán (gran documento audiovisual del partido de vuelta). Blasón fue el 2do goleador del torneo con 34, una bestia. Toti Iglesias del Globo metió 36.


https://www.youtube.com/watch?v=ofSp4AsWUnY


Llegamos a la final con el Taladro. Victoria 1 a 0 en la ida con gol del Tato Martelotto. Dice mi amigo Juan Manuel que el partido de vuelta Belgrano jugó un partidazo, que se erró un montón de goles y que, inexplicablemente, terminamos perdiendo 2 a 0. "Fue un éxodo masivo. No era habitual en aquella época que fueran tantas personas de visitantes. No estaba en los planes de nadie perder. Y de golpe nos meten dos goles al final. Fue la tristeza más grande de mi vida", cuenta JM, que estuvo en la cancha aquel día.


https://www.youtube.com/watch?v=ap-HZiv3zsM








Una multitud copó la tribuna visitante. Muchos hablaron de la actuación del Negro Ramos. El video es croto pero podemos ver que Belgrano se erra goles en jugadas MUY claras. En ambos goles de ellos Ramos hace unas Rigamontiadas increíbles. Qué frágil que es el fútbol… el esfuerzo de todo un año, jugando 42 partidos del torneo y 6 del octogonal y se va todo a la mierda por la mala decisión de un guaso. Lo veo y me duele. Aquella derrota fue tan dura que a Belgrano le costó casi 5 años más en la Segunda División, hasta que finalmente el destino nos cruzó nuevamente con el Taladro…


Pero eso será para una segunda parte…

lunes, octubre 07, 2024

Crónicas Piratas: un clásico empate



 #CrónicasPiratas

#clásicocordobés #LigaProfesional 

#Talleres vs #Belgrano 

"Another brick in the wall"

Estaba seguro de que lo ganábamos. 

Incluso cuando Rébola llegó más tarde que yo a las oportunidades que me presentó la vida: un beso, un amor, el colectivo, un trabajo, un pedido de disculpas, la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta.

Nobleza obliga: fue una buena patada. Al guaso no le dio el ánimo ni para discutir. Era una roja clavada. Super roja. Rojón. 

Si #Belgrano es un equipo limitado mentalmente con 11, con 10 la renuncia es total. Equipo derrotado, sin ánimo, sin una pizca de confianza, de creencia y orgullo propio. 

Aun así: estaba seguro de que lo ganábamos.

Nosotros hicimos todo bien.

Nos instalamos en un rincón de las sierras, donde arden las estrellas, y dejamos nuestras heridas abiertas, en un valle de penas.

Comimos.

Bebimos.

Inundamos el monte con endorfina, dopamina, serotonina. Las plantas crecían y florecían con nuestro baile.

“Esta energía le tiene que llegar a los jugadores”, escribía ayer.

No sé si había paro de los interurbanos de energías pero no sé si les llegó.

Ningún jugador de #Belgrano jugó bien. Ninguno.

No se puede rescatar a nadie. Quizás Espínola, por descolgar una docena de centros sin dar rebotes.

Partido horrible.

Qué decir de Chavarría….

Yo lo entiendo: tiene el mismo cagazo que tengo yo cuando juego al fútbol. Es increíble lo mal que juego. El martes y el viernes castigué a la pelota con mis piernas. Todos pases malos. Me erré dos goles solo. Mis rodillas tiemblan cuando corro con el fulbo. 



A Chavarría y a varios del plantel les pasa lo mismo.

Pero yo ando en un Corsa 2004 con GNC.

Hubiera preferido no tener esa chance de gol. 

Ya está. Ahora descansar (nosotros, ustedes pónganse a patear al arco)  Y ver si se acuerdan de cómo se juega a esto y ganarle a Platense.


La luna y mi suerte, rompieron el encanto

perdí mi sueño en la noche que el ángel se hizo diablo.

Un par de piernas inútiles te pueden robar la ilusión

y no hay cura ni remedio que te haga ver mejor.

miércoles, octubre 02, 2024

Crónicas Piratas: "Una historia circular"



 #crónicaspiratas

"Una historia circular"
No es fácil escribir porque todavía tengo el partido dentro del cuerpo. Además de que no se me ocurre nada, hay que ser honestos.
Fui a buscar la Crónica del partido anterior vs Boca (4-3) y se ve que andaba en la misma, pelotudeando con el futbol sin hacer nada:
“La inspiración es una pelota picando en una cancha de tierra, en un potrero de barrio, como los que había hace ya muchos años en esta ciudad. Veo las palabras en el orden perfecto, la idea está al alcance de la mano pero el fulbo pica para la mierda y se va para cualquier lado”.
Voy en busca de mi hijo. Quizás en el portador de mi amor más profundo encuentre respuestas.
—Che, Pedro ¿qué fue lo que más te gustó ayer?
—Ir a la cancha.
—Sí, ya lo sé pero digo de TODO el plan, de todo el día: el asado, la previa, la caminata.
—... ir a la cancha.
Gracias por nada.


Claro, él vivió la suya. Le armé una mochila con abrigo, galletas y unas bolsas de nylon para armar una pelota. Juntó porquería de la tribuna, se armó un fútbol y se la pasó jugando con otros pibes.
Disfrutá la infancia, es el período más corto y el más divertido.
Boca me trae buenos recuerdos.
Fue el primer partido que fui a la cancha. Diciembre 1994. Tenía 12 años. Mi viejo, que no es hincha de Belgrano, hizo caso a mi insistencia y me llevó. Fuimos al centro en el 50 y de ahí nos tomamos uno de esos bondis que salían de Plaza San Martín.
Llegamos como 2 horas antes. Llevé una cámara de fotos pero no nos sacamos ninguna foto juntos. Qué lástima. Me gustaría tener un recuerdo de ese día.
Los que tengo están guardados ahí arriba, en mi nube.
Fuimos a la descubierta del cható. Me compró un gorro y una bolsita de praliné.
Me gustaba ver a la gente. En la platea se cantaba mucho y todos se paraban cuando había una jugada de peligro. Y después, los más viejos empezaban a ordenar “sentarse, sentarse”. En esa época había menos canciones. Casi todas se siguen cantando al día de hoy.
Ganamos 3 a 0, goles del Culo Flores, Arbarello (¡Lo que corría el Perro!) y el Beto Fernández. Durante mucho tiempo los goles de ese partido no existían. Hasta que el GRAN Gustavo Farías los rescató del olvido. @luifagol jugó ese día.
Entre el minuto 3 y los 5 y algo mientras Labarre sale a cortar para la mierda un centro a la salida de un corner, podemos escuchar la inoxidable “la banda de los piratas fumando chala te va a alentar…” Sin bombos, sin trompetas, a fuerza de palmas. El ritmo va in crescendo.
Si cierro los ojos puedo meterme en esas tribunas de antes, donde se alentaba de otra manera. Ni mejor ni peor, distinto. Ahora hay más circo: más color, banderas, tirantes, fuegos artificiales. En la popular de entonces, al no haber bombos la canción podía nacer de cualquier lugar de la tribuna. Era un poco más democrático. La percusión de hoy ordena el canto pero le quita la espontaneidad, el pulso del partido. Estamos más ordenados y con menos imaginación. Ayer cantamos mucho, con el corazón extasiado.
Minuto 9. José Jozami: “recordemos que el plantel de Club Atlético Belgrano no concentró porque la dirigencia adeuda los premios por la victoria ante su clásico rival, la fecha pasada”.
Yo sólo veo señales… qué quieren que les diga…
Ayer fuimos muy felices.
Aquel 6 de diciembre de 1994, también.
Nos volvimos cantando. Seguramente agarré la mano de mi padre, tal como mi hijo agarró la mía anoche.
La historia es la misma
continúa
da la vuelta
y vuelve al mismo lugar.


martes, septiembre 24, 2024

Una crónica escrita hace tiempo…

“Congodia, un joven y pequeño país africano, ha logrado su independencia y su desarrollo apostando al triunfo en los encuentros que disputa su invicto equipo nacional de fútbol(...)¿Cómo consigue su independencia Congodia? Simple: Los árabes, cansados de esa pequeña colonia que nada les aporta y donde de tanto en tanto deben soportar erupciones volcánicas, admiten convertir a Congodia en un protectorado por un período de diez años. 

Una década a prueba, prácticamente. Al finalizar la década, la rama nativa del gobierno pide la independencia y los árabes solicitan o proponen renovar el sistema de protección por otros diez años. Los congodios ofrecen una nueva y particular forma de resolver el problema: dirimir la controversia con un match de fútbol. En un match de fútbol. De esta forma, de esta simple forma, los congodios comprendieron o entendieron cuál era la manera de conseguir cosas. De obtener cosas que no podían conseguir por otros medios. 


Comenzaron a concertar partidos de fútbol con sus países limítrofes, primero por rebaños de cabras, por partidas de semilla para la agricultura, por permisos para cazar en cotos vedados. Luego por zonas aledañas, por aldeas fronterizas en litigio. 


Hasta que hace 15 años le ganaron la salida al mar a Kenia en un partido tremendo que finalizó 2 a 1 y donde Congodia apostó toda su población de leopardos, animal casi en extinción, usted lo sabe, contra un corredor de tierra que la conectara con el índico.

 

—Nosotros iremos a jugar contra Congodia, señor Seller —dijo al fin.

—Me lo suponía —confesó Seller procurando restar dramatismo a la escena.

—Pero no sólo iremos a jugar a Congodia, señor Seller —hostigó repentinamente enervado Muller—. 


—¡Nosotros iremos a ganar a Congodia! ¡Allí mismo, en el estadio Bombasí, donde nunca jamás ha triunfado nadie, allí ganaremos nosotros! Muller asestó un golpe de puño sobre el escritorio logrando que la bandeja con las tazas y el largo vaso de cristal cayeran al suelo con estrépito. 


El operativo Congodia sería a todas luces duro, difícil y peligroso. Por otra parte, era obvio que había muchísimo dinero e intereses en juego. Sólo un grupo galvanizado en el entrenamiento más feroz y exhaustivo podría ser capaz de enfrentar y superar tal desafío”. *


Ahora yo.

Jugar en Tucumán siempre me pareció como jugar en Congodia. Territorio hostil. Tanto en la Ciudadela como en el José Fierro. Canchas difíciles. Calor, mosquitos, coimas, empanadas, ojotas, remises (?) y sanguches de milanesas volando desde las tribunas.


Jugar allá significó (casi) siempre volver sin nada. 

Perder. 

Dar ocote.

Así lo dice la fría estadística: 

Atlético: 11 jugados. 5 empates. 5 derrotas. 

San Martín: 12 jugados. 1 ganado. 4 empates. 8 derrotas.


El panorama era, en la previa, desolador.

Volvíamos en el auto a casa y Pedro me pregunta:

—Papá ¿cómo vamos a salir hoy?

—Todo indica que vamos a perder… 

(hice una pausa, fijé mi mirada en la ruta)

—Pero… 


Y en ese “pero”, en esa conjunción adversativa, en ese significante que abre un nuevo panorama, ahí, en esa palabra de 4 letras deposité las esperanzas de este juego perverso, emocionante, corrupto e impredecible llamado FÚTBOL.

—... tengo una leve esperanza de que podamos ganar. Nos ha pasado tantas veces a la inversa: llegan a Alberdi equipos horribles, derrotados, con rachas desfavorables y nos ganan. Quién te dice que hoy no ganamos… 


La ruta se empastó y escuchamos gran parte del primer tiempo por la radio. El gol de Leguizamón, tras una gran jugada del laboratorio de Dexter. El empate de ellos. Llegamos a casa justo para ver la contra que se erra Jara… Y el gol de Quignon. 




Fue un partido rarísimo. Belgrano no jugó ni mejor ni peor que en otros partidos. Pero cada vez que hicimos 3 pases seguidos poníamos a un jugador en posición de hacer algo interesante. Atrás fuimos un flan en varios momentos pero Atlético estaba en modo Belgrano: 

tirarla al área como sea. 

Nos llenaron de pelotazos. Alguno de esos podría haber terminado en algo pero todo era muy forzado. 

A los 46 le escribí al Peri: “partido rarísimo”. No apreté “enviar” y nos meten el 3 a 2. 


La concha de la yuta. 

Borré el mensaje. 

Sacamos del medio, Rébola la manda a cualquier lado. Ellos vuelven a meter la pelota a nuestro lugar, contra, pase inédito de Tontilli para Reyna y gol. Con el celular todavía en mi mano volví a escribir: Partido rarísimo.

Mensaje enviado.

Partido raro, para todos excepto para Víctor, que me había anticipado que íbamos a romper la pared, como Di María.

“¡Al fin! Sean bienvenidos todos

Al show de la linda fe sonriente

Nos merecemos bellos milagros, y ocurrirán…”





* Los primeros párrafos corresponden a algunos extractos elegidos caprichosamente por mí de la novela El Área 18, de Roberto Fontanarrosa. Vayan a leerla porque es hermosa. Compren el libro o descarguen el pdf. Nunca dejen de leer. Es un gran refugio ante la imbecilidad.