lunes, mayo 19, 2008

Diálogo

Un pedazo de historia, un pedazo de un cuento parido pero nunca concluido. Unos pocos lo han leído (sil) así que será algo semi novedoso pal resto. No hay mucho más para decir.
p.d: los lunes a las 18 hs les recomiendo que sintonicen 88.7; un programón "Y viceversa", por Radio Reves, la radio con más alcance en Córdoba.
Ahora sí el diálogo:

- ¿Pudiste dormir algo?
- Casi nada, ¿vos?
- Tampoco.
- Aunque creo que soñé un poco.
- ¿Sí? ¿Qué soñaste?
- No sé, no me acuerdo.
- Entonces cómo sabés que soñaste.
- Porque lo siento, porque simplemente lo sé.
- Mirá vos.
- Sí.
- A lo mejor es sólo una sensación y en realidad no soñaste nada.
- Eso es una ridiculez. Uno siempre sueña algo solamente que a veces lo recuerda y la gran mayoría de las veces no.
- No sé. Yo no sueño nunca.
- No te creo.
- En serio; nunca sueño, o nunca me acuerdo de los sueños, si quisiera validar tu teoría.
- No es mi teoría, es la teoría de los psicólogos. Hay tipos que pasaron toda una vida investigando los sueños.
- ¿Y cómo hacían?
- No lo sé.
- No me resulta creíble.
- Vos no creés nada de lo que yo te digo. Vos nunca creés nada de lo que la gente te dice. Siempre querés tener la razón.
- ¡Eso no es cierto!
- Sí, es cierto. Cien por ciento cierto.
- ¡No te lo permito!
- No hace falta que me permitas nada, te lo digo y te lo digo.
- Bueno, estoy en desacuerdo con tu apreciación. Yo soy una persona abierta que siempre…
- … lo mismo me hiciste con el tema del mate amargo y…
- … ¡vos siempre me interrumpís! Como ahora, sos un irrespetuoso. Y lo del mate amargo…, ¡qué querés que te diga! No me gusta el mate amargo. Por ahí me calenté un poco, te pido disculpas si te ofendí o si ofendí a tu pequeña tribu de tomadores de mate amargo.
- …
- Era un chiste, no te enojes.
- Sí, sí, seguí haciendo chistes vos.
- Che, y volviendo a lo de recién, ¿cómo me dijiste que hacían los tipos estos para analizar los sueños de la gente?
- La verdad que no lo sé. Pero deben haber laburado como negros ¿no? Décadas y décadas de investigaciones.
- Sí, me imagino…
- Sí…
- Che…
- ¿Qué?
- Tengo hambre.
- Yo también.
- …
- No nos vamos más de acá.
- Parece que no.
- O sí, no sé.
- Puede ser.
- Che, me gusta la chica esa.
- ¿Cuál?
- La piba, la que está leyendo el libro de tapas azules.
- Es linda.
- Sí, muy linda.
- Bueno, para tanto…
- ¡Vos estás loco! Esa chica es hermosa.
- Lo que pasa es que vos te enamorás de la primera que pasa. A vos te gustan todas. Todos los lunes me venís con que conociste al amor de tu vida, ¿y después? ¿qué? No pasa nada.
- Yo soy un romántico y eso no lo podés entender; mucho menos alguien como vos: un a-m-a-r-g-o. Sos un amargo tomador de mates dulces ¿qué parece?
- Me parece que vos sos un farsante y que todas esas cosas que vos decís son ridiculeces que no existen.
- ¿Por qué decís eso?
- Porque creo que es así.
- Para mí estás totalmente equivocado, hermano.
- ¿Sí?
- Sí. Y te digo más, creo, también, que en algún punto te estás mintiendo.
- A ver…
- Te mentís porque no querés arriesgarte a la posibilidad de encontrar algo tan bello, tan lindo, algo soñado, por el miedo a perderlo. Es típico. Todos vivimos la vida llevando ese miedo como una mochila pesada.
- Es cierto que estamos llenos de miedo. Estamos hasta acá de tanto dudar y dudar, pero yo creo firmemente que el romance es sólo un momento, una etapa pasajera que no vale por sí misma sino como un medio para llegar a. Sería casi como una actuación, como una obra que se despliega, que se representa en un momento dado para conseguir eso que ambos buscan.
- ¿Y qué es eso que ambos buscan?
- El sexo, por supuesto.
- Estás hablando boludeces.
- Y vos te comiste la pastilla del amor y no me querés reconocer que tengo razón.
- Es verdad, no quiero reconocer que tenés razón y tampoco pienso que la tengas. ¡Cómo me vas a decir que no existe el romance! Es una reverenda estupidez. El romance, lo romántico, el momento en el que dura todo ese aire, esa conexión, tiene una existencia por sí mismo. No es un medio para, como decís vos. Es algo, existe, es una totalidad.
- Creo que es todo un gran mito. Una de las tantas mentiras del llamado Amor.
- ¿En serio me decís eso?
- Sí.
- A ver, para aclarar un poco el panorama ¿creés en el amor? ¿Creés que existe, creés que dos personas se pueden enamorar?
- Y…, sí. Sería un mentiroso, o una piedra si te dijera que no creo en la posibilidad del amor.
- Bueno, ahí nos vamos entendiendo. Lo que yo te quiero decir es que creo en el romance, en lo platónico, en el, y no te rías, amor a primera vista. Sí, la frase es muy cursi, pero sí creo en que puede haber una mujer a miles de kilómetros de acá que puede encajar conmigo, como una pieza de rompecabezas y que…
- ¿Te salió el Neruda de adentro a vos?
- No te me burlés, pelotudo. Te estoy hablando abiertamente y me venís a gastar. Andá a cagar.
- No, eu, no te me enojés…
- En serio, sos un boludo, si querés seguimos discutiendo sobre fútbol porque con vos no se puede hablar de otra cosa.
- Perdón, che, era una broma. Seguime contando, dale. No nos vamos a pelear ahora ¿no? Te pido perdón de vuelta. Entendé que hace mil horas que estamos acá y bueno los ánimos y la paciencia se quiebran un poco ¿no?
- …tenés razón.
- ¿Todo bien entonces? ¿Vas a seguir contándome?
- Sí, todo bien. ¿Por dónde iba? Ya me cagué olvidando.
- Eeeh, no sé. Algo del amor a primera vista.
- Ah, cierto. Bueno, sí, eso, que creo en el amor a primera vista. A ver, no tan así. Desearía encontrar otra palabra para explicarlo mejor. Creo en las posibilidades ¿me entendés? En la posibilidad de toparme con alguien desconocido y que de ese encuentro se genere una gran explosión. Una relación, que no importa el tiempo que dure; puede ser una noche, unas cuantas horas, dos días o una semana. Pero cuando uno conoce una persona que lo vuelve loco, una mina que te vuelve loco el mundo se te amplía y se abre paso a algo nuevo, algo único.
- ¿Y eso te pasó alguna vez, cruzarte con una mina desconocida y sentir todo eso?
- Bueno, no, pero es algo a lo que no cierro mi cabeza. Creo que me puede suceder en algún momento. No reniego de esa posibilidad.
- El problema está, creo yo, si me permitís opinar, en que nunca vas a encontrar eso si lo andás buscando ¿me explico? Creo que esos “momentos”, como vos decís, llegan solos y que uno sólo se percata de ellos cuando ya se encuentra adentro ¿entendés? Si vos estás con las antenas paradas tratando de que te pase eso que vos querés, probablemente nunca te va a pasar. Si intentas predecir eso generás un montón de expectativas que ante el primer desencuentro se cae todo. Es como un castillo de naipes. Hermoso, pero ante la más pequeña de las brisas ¡puf! Se va todo al diablo.
- Realmente me sorprende tu capacidad de expresarte. No te tenía así.
- Ja, gracias…
- Quiero que sigamos esta charla, pero me vas a tener que aguantar porque me estoy re meando.
- ¿Y qué vas a hacer?
- Haceme campana…

3 comentarios:

fulano/martínvillarroel dijo...

Claro. Porque en el fondo las mujeres y los hombres buscamos lo mismo: sexo. Qué me vienen con lo del romance y las flores ni que ocho cuartos. Sí, está bueno como previa, como para ir "alimentando" la situación. Pero en el fondo tdos queremos lo mismo. Había una película, Ojos Bien Cerrados, con la perra esta ¿cómo se llama? nicole algo, no me acuerdo. La cosa es que la mina era una típica mujer de su casa y el marido era Tom Cruz que era medio culiadito, viste? y una vez que tuvo la oportunidad, la vez que tuvo unos metro de distancia, la mina se mandó todas. Entendés? Ya lo dijo Freud, los hombres pensamos con el pito y las mujeres piensan en eso también. Bah, no me acuerdo si lo dijo Sigmud o el Gordo Tortuga, que cuando se pone en pedo se come el papel de filósofo. Y eso... vos como andás? Todo Bien che? Bueno, te dejo porque toy llegando tarde al laburo. Saludos a los tuyos.

Unknown dijo...

Ey Gringo! Bueno, me dejás pensando en dos cosas... primero, lo que hablábamos el otro día de las reservas en las charlas entre hombres... los temas que tocan estos pibes, normalmente no se hablan. Por otro lado, me da la sensación de que el sexo y el amor no son excluyentes, mas bien diría que son complementarios, bah, en realidad cada uno sabe lo que quiere. Conozco tipos que a los 60 lo único que quieren es que llegue el viernes para salir de joda y terminar en un cabaret...
Bueno, te mando un abrazo grande y espero que este miércoles nos podamos juntar en casa. Te aviso

Anónimo dijo...

te quiero gringuito.

sil.