martes, noviembre 25, 2008

Las cosas de Bº: Las Flores

Sin quererlo, sin buscarlo, sin esperarlo, un día nos enteramos que teníamos que mudarnos. Debíamos dejar la gloriosa Vinito y Amor para ir a parar vaya a saber dónde. Un buen día (un muy buen día) vinimos a ver esta casa, la que hoy habitamos. Y nos gustó; primero individualmente; después nos fuimos mirando y asintiendo con la mirada. Y "¿queda?", "sí, queda" Y así fue como, resumiendo mucho, terminamos acá, en Barrio Las Flores.
Ya escribiré algo sobre el barrio, la gente, la casa, y otras sensaciones. Pero lo que hoy me convoca a la máquina es otra cosa. El contexto es/fue el siguiente:
Martes; 14:30hs. Creo que debe hacer como 30 y pico de grados de calor. Así que acá andamos con el Juan Cruz en la casa. Yo desempleado y él con horarios a su gusto. Es por eso que andaba deambulando por la casa sin hacer nada. Mi pieza es un asco, la cocina también, el living está desacomodado, y etc; pero con este calor...... Y fue entonces cuando escuché de lejos ese grito tan familiar "heladooooooooooooooooo" Y me dije "nooooooo". Agarré la llave, abrí la puerta y le pegué un grito; algo como "eeeeeh". El viejo frenó y se cruzó. Yo me volví para busar plata. Encontré un billete de $5 y salí. El viejo, con la bicicleta negra, la heladera adaptada al volante y el cartón con los dibujos de los helados, él con el guardapolvo blanco, y atado adelante un cartel escrito con cursiva que decía: "llameme por mi nombre: 'heladero'." Ya no tenía opción: le tenía que comprar sí o sí.
Y así fue. Pagué el "palito bombóm helado" más caro de la historia: $5. Pero este fue un regalo a mi tradición, a mi infancia, a la memoria, y a los recuerdos de aquellos años. ¿Nostalgioso? Sí, hasta el mango.
¡Por favor! Esto me demuestra que hasta los estúpidos martes traen alegrías, por más chiquitas que estas parezcan.

10 comentarios:

Sergio Muzzio dijo...

Oiga, muy lindo lo de los ladrones. Esperamos que continúe y que ponga las etiquetas!!
Saludos al heladero...por acá no pasa ninguno...se diría que andaban en Pascuyí...voy a ver si encuentro la tercera parte...

Jose Ovejero dijo...

jajaja , que bueno que pase un heladero por tu casa , no tiene precio comer un palito bombom cuando el termometro marca mas de 30

Anónimo dijo...

Buenísimo Gringo. Un grande Ud. Hace poco escuché al afilador de cuchillos (biribiribíííí biribiribí) así tal cual, y casi me muero. Lástima que sólo tengo los de serruchito, imitaciòn tramontina encima... y bue. Abrazo.

pequenia dijo...

el heladero maaaaaaaaaaaaaa!!!
y todos corriendo afuera, quemandonos las patas en el asfalto caliente...
que buen recuerdo que despertaste gringo
besos

fulano/martínvillarroel dijo...

definitivamente te va gustar acá, abrazo de gol.

Unknown dijo...

Gringo... posta que pasa el heladero?? Hace mucho que no veo eso, realmente muy bueno... veo que ya se empieza a implementar mi "Abrazo de gol"
En Cuesta Blanca pasa el heladero por las playitas del río.
Te mando un abrazo grande

Soledad Soler dijo...

Por Poeta Lugones...nuestro barrio...ya no pasa el heladero...pero pasa el que vende "péperina frescaaaaaaaaaaaa!"...y cuando ìbamos al Leopoldo iba Miguel (un sr. muy canoso con una súper bici azul)a la puerta a vender deliciosos juguitos, mielcitas y gallinitas..entre otras exquisiteces...te acordás? Abrazo ( a mí también me pegó la nostalgia...hermosa nostalgia)

Gringo dijo...

El heladero comparte el mismo espíritu con el afilador de cuchillos del que habla "lavuelta alperro", con el diarero que hace sonar esa bocina de aire, con el que vende los copos de nieve, y los juguitos y mielcitas de la Sole, con el que vende peperina, con los pibes que salen a vender pastelitos de membrillo o batata, con los que te dejan el sachet de leche en la ventana, y hasta con el de la tintorería!

Abrazo... pa todos/as:

los que hacemo devuelvanlapelota

Anónimo dijo...

En mis pagos todavía se escuchan los heladeros a la siesta. Y también están los vendedores de "cosas para el hogar" que se pasean por la mañana en unos camiones tan destartalados comno colorinches y tienen de banda sonora a la Mona y un jingle con lo que ofertan. El locutor es el mismo que anima las fiestas en el Clú Olayón y el mismo que tiene el programa de radio (de cuarteto, claro) en la fm local.
Mi vieja siempre les compra algo. Un repasador, un colador, broches para la ropa, un paquetito de agujas de todos los tamaños que simula ser una canasta de mimbre... De los heladeros me encargaba yo y toda la patota de la cuadra.
Nos tocaste la fibra óptica del recuerdo, viste?

Un abrazo de gol (sólo por hoy y porque "la voz" (ejem) me lo exige)
y otro abrazo común y corriente.

Anónimo dijo...

En Poeta habia varios personajes que recorrían el barrio vendiendo cosas: Pedro (el verdulero)iba en una camionea roja y se estacionaba al final de la cuadra pasaba todos los martes, También estaba Don Angl un viejo que pasaba los sábados y domingos a la siesta y vendia ese algodón azucarado de color rosa que lo fabricaba en una lata gigante toda oxidada y las moscas se pegaban en el borde, una exquisitez! imposible olvidarme de "El Barquito" todo un emblema de las tardes de domingo en poeta, seguro que estoy olvidando de alguno....Luciana