miércoles, junio 18, 2014

Diario Mundial: día 4 y 5

Palabras clave: Río de Janeiro-Fun Fest-Resaca-Ya ni sé qué día es.

Río de Janeiro  
Jugamos al fútbol al costado de la ruta, terminamos el salame, preparamos un fernet, bailamos cuarteto y armamos nuestro Gauchito Gil para que proteja a todos los cordobeses que viajan a Brasil a ver Mundiales, como nosotros. Faltaban todavía unos 200km para llegar pero ya empezábamos a sentir esa emoción el pecho de estar haciendo algo hermoso e histórico.

                                             Gauchito Gil de los viajeros cordobeses

La ruta hasta Río es increíble, paisajes montañosos, selva y más selva que brota por donde pueda. Da la sensación que casi todo Brasil es así, por lo menos la parte que llevamos recorrido. Llegamos a la inmensa ciudad a la siesta y programamos el GPS para ir hasta el Maracaná. Ahí había cientos de miles de argentinos, argentinos con plata, mucha suerte y entradas. Quisimos estacionar para ambientar un rato pero 100 reales por dejar el auto en una estación de servicio era más que una estafa, un delito asqueroso. Enfilamos hacia Copacabana, donde van los más pobres como nosotros (?) Milagrosamente pudimos estacionar el auto y enfilar hacia el fun fest.
Era la primera vez en cuatro días que podíamos relajarnos si sentir que teníamos que correr una pelota que siempre se nos iba larga. Nos pudimos sacar el calzado y sentir la arena. Preparamos un fernet tras otro. Miles de argentinos y miles de brasileros hinchando por Bosnia, claro. Al fun fest no se podía ingresar con ningún tipo de bebida pero como somos lo más grande que hay vencimos la férrea seguridad: tres postas de guardias de seguridad y un detector de metales. Así y todo ingresamos al predio, no con una sino con dos botellas de fernet, y un jarrito de metal por si las moscas. El partido ya estaba ganado.
Sentí muchas cosas estando ahí adentro. También estaba, estábamos, muy ebrios. Grité el gol de Messi como nunca, se lo grité a un grupo de brasileros que estaba detrás nuestro meta cagarse de risa alentando por Bosnia. Les tiré el vaso de fernet casi vacío que tenía. Grité tanto que cuando dejé de gritar pensé que me iba a desmayar. Mucha tensión acumulada.
Desde aquí se vio lo mismo que desde cualquier parte del mundo: jugamos horrible, MUY horrible. No sé si los jugadores estaban cagados o qué, pero parecíamos un equipo chico. Decí que está Messi. Festejamos, nos abrazamos, y nos agarramos las bolas. También tuvimos tiempo para una breve aparición en los medios venezolanos: Globovisión, cadena de tv nos agarró para preguntarnos por el partido y terminamos diciendo cualquier cosa, que se lo dedico a los brasileros que hincharon por Bosnia, que aguante Chávez, que un saludito para mis hijas y luego bailando un cuarteto atrás del entrevistador. Un desastre. Se lo tienen merecido por gorilas.
Después del partido subió a tocar una vieja, una especie de Mercedes Sosa brasilera que cantaba sentada pero que al parecer es una artista muy popular porque todos sabían sus canciones. Se armó un lindo bailongo. Nosotros somos muy horribles y la verdad que uno se siente intimidado al ver cómo se mueven los brasileros y las brasileras.
Terminamos con un estado impresentable. Buscamos las bolsas de dormir y nos tiramos en las playas de Copacabana, algo que sólo hace la gente con mucho estilo como nosotros.
Lunes: Mucha resaca. Pudimos cambiar nuestro dinero por dinero de ellos. Nos cuesta comprar comida, nos cuesta porque es cara. Estamos en Copacabana, que es como estar en Punta del Este, Pinamar o Cruz del Eje, así de top. Nos subimos de vuelta al auto para huir de la ciudad. 

Ahora nos vinimos para Angra dos Reis, un pueblo o ciudad montañoso, con mar y todo. Oscurece muy rápido, a las 6 ya está de noche y eso te mata. Escribo esto en una pieza de un hotel bastante croto. Los muchachos duermen. Tenemos ganas de encontrar algún lugar para armar campamento y dejar de viajar un rato. No hay internet donde estamos y en algún  momento subiré todas estas palabras tan desordenadas y caóticas. 
Ya se vienen más crónicas. Ahora que estamos más tranquilos. 

No hay comentarios.: